sábado, 13 de febrero de 2010

Vive libremente — ¡Hazlo tú mismo!


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Graffiti en un muro en London por el artista callejero Banksy.
Foto por Kevin Flemen. Flickr: Kfxposure
A pesar de toda la libertad que proclamamos en los Estados Unidos, llevamos vidas que están cartografiadas para nosotros desde el comienzo. Vamos a la escuela y, si somos afortunados, a la universidad; luego a un trabajo para pagar todo lo que dnosotros y nuestras familias necesitan y desean. Y les enseñamos a nuestros hijos a hacer lo mismo.
Este camino alguna vez nos ha servido bien, al menos a algunos de nosotros. Pero hoy, está atado a un sistema de instituciones, hábitos, y creencias que nos está llevando a todos hacia un descarrilamiento humano y ecológico.
¿Qué tal si nos bajamos del tren? ¿Qué tal si abandonamos esta red enmarañada de negocios, leyes, autopistas, drogas, adicción televisiva, trabajos sin salida o desempleo, viajes al centro comercial, prisiones y guerra?
Hay lugares en donde la gente está haciendo esto.
Quienes necesitan hogares reclaman su espacio y trabajan juntos para construirlos. La gente va a universidades donde encuentran sus propios profesores, o se enseñan unos a otros las habilidades para hacer que sus comunidades funcionen mejor para todos. Los artistas hacen su trabajo sin las restricciones impuestas por corporaciones con fines de lucro o intermediarios. Los ciclistas mandan en las calles, poniendo a los automóviles en segundo lugar, al menos parte del tiempo.
En resumen, la gente está creando espacios para la comunidad, el aprendizaje, para satisfacer sus propios sueños mientras apoyan al mismo tiempo los anhelos de los otros.
¿Qué pasa cuando nos liberamos de las cadenas invisibles que nos impiden lograr el mundo que deseamos—cuando nosotros, como dicen en el sur global, descolonizamos nuestras mentes.
Puede que desees encontrar estos espacios libre. Por ahora, brillan a la existencia en pocos lugares, en pocos momentos, y en unas pocas mentes. Pero están disponibles para cualquiera que desee encontrarlos o crearlos.
El juego de Go Esta edición de YES! se pregunta qué sucede cuando nos liberamos de las cadenas invisibles que nos impiden lograr el mundo que deseamos—cuando nosotros, como dicen en el sur global, descolonizamos nuestras mentes.
Suponte que en vez de esperar a que el mundo entero cambie para que podamos vivir como deseamos, replicamos espacios donde podamos vivir de esa manera ahora.
Piensa en el juego de Go. A diferencia del ajedrez, donde te enfrentas y vences a un enemigo, en el Go tú ganas capturando espacios. Simplemente envuelves el territorio y lo haces tuyo.


En vez de exigirle a alguien en el poder ciertos cambios de política, o el trabajo justo, ¿por qué no capturar las calles para las bicicletas y parques, construir nuestras propias cooperativas, crear eventos culturales que alimenten nuestras almas y al espíritu comunitario, construir nuestras propias casas? Por qué no vivir las vidas que deseamos, junto con otros, sin esperar el permiso de las autoridades?
Éste es el método de los autonomistas, los artistas callejeros, los habitantes de carpas urbanas. En nuestra sociedad, la gente en los márgenes tiene la mejor habilidad para esto. Han sido excluidos porque son pobres, o minoritarios, o indocumentados, y hacen su propio espacio por necesidad y también como una declaración de poder. Aquellos que han tenido éxito dentro de las estructuras del poder y se han acostumbrado o incluso hecho adictos a los premios de la obediencia podrían encontrar difícil la transición. Pero se puede hacer.
Un antídoto para el miedo ¿Buscar la libertad significa acaso sacrificar familia y amigos y batirse en soledad? Más bien al contrario. Liberarse de las deudas, la adicción al consumo y la televisión corporativa puede inaugurar espacios para las relaciones auténticas que deseamos ardientemente. Liberarnos de la carga de pagar y mantener un exceso de cosas, nos brinda tiempo para percibir dónde vivimos—las comunidades naturales y humanas que requieren de nuestros cuidados.
El mejor antídoto para el miedo, la desesperación, y el aislamiento que empuja a la gente a la apatía, es la comunidad y la alegría. Ésa es razón suficiente para crear espacios liberados. Individualmente, la gente es extraordinariamente inteligente y capaz. Pero juntos—en escenarios que alienten el potencial total de cada persona y nos abran a nuestra propia sabiduría y a la de los demás—podemos ser geniales.
¿Esto significa darle la espalda a los terribles desafíos que enfrenta el mundo? Podría ser, de hecho, la mejor herramienta que tenemos para enfrentarlos.
Nuestra liberación individual y la liberación de nuestra sociedad están interconectadas. Los Estados Unidos proclaman constituir el patrón oro de la “buena vida,” y por todo el mundo miles de millones hacen lo posible por imitarnos. Nuestro estilo de vida agota la vida de la tierra, pero nuestros líderes dicen que insistimos en ello. ¿En verdad lo hacemos? Si nos podemos liberar del letargo provocado por la publicidad de la sociedad de consumo, tal vez podamos ayudar a liberar al mundo entero del sueño americano devenido en pesadilla.
Bajémonos de ese tren, y con la claridad que llega con nuestra libertad, podemos comenzar a inventar el mundo que deseamos—y las formas de vida que puedan dejarles un mundo habitable a nuestros hijos, hijas, nietos y nietas.
Si creemos que no hay nada más urgente que construir un mundo justo y sustentable, tal vez simplemente necesitemos comenzar a construirlo, empezando en donde sea que estemos.
Éste es el liderazgo que necesitamos hoy en día. No el heroico líder solitario, tan fácil de corromper o derribar, sino el liderazgo de la gente común que son al mismo tiempo creadores y beneficiarios de estos espacios liberados, y que utilizan tales espacios para reclamar más libertad para todos.
Mahatma Gandhi dijo, “Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo,” y también, aunque menos conocido, “Creo que es perfectamente posible para un individuo el adoptar el estilo de vida del futuro…sin tener que esperar a los otros para hacerlo.”
Así que…,¿quién se cansó de esperar?



Photos of Sarah van Gelder and Doug Pibel


Sarah van Gelder y Doug Pibel escribieron
este artículo para una serie sobre
Libera tu espacio,
en la edición de invierno 2008 de YES!
Magazine.
Sarah es redactora ejecutiva y Doug
es redactor general de
YES!
Magazine.
Traducción por Guillermo Wendorff.